Nacionalidad Italiana
¿Cuáles son los beneficios de tener la nacionalidad italiana?
Ciudadanía italiana:
Quienes obtienen la nacionalidad poseen plenos derechos y responsabilidades como cualquier otro ciudadano italiano y ciudadano de la Unión Europea.
Derechos de residencia y trabajo:
Como ciudadanos italianos, tienen derecho a residir y a trabajar en Italia ―y en cualquier país miembro de la Unión Europea― de manera permanente y sin restricciones, sin cumplir con los requisitos legales o económicos que se les exigen a los extranjeros.
Acceso a servicios y beneficios sociales:
Los ciudadanos italianos tienen acceso a los servicios públicos y a los beneficios sociales, como la atención médica, la educación, las pensiones y otros programas de asistencia.
Libre circulación en la Unión Europea:
Italia es miembro de la Unión Europea, por lo que los ciudadanos italianos tienen derecho a circular libremente por los países que la integran y a disfrutar de los beneficios de la ciudadanía europea, como el acceso a oportunidades educativas, laborales y comerciales en toda la UE.
Esta posibilidad es transferible a cónyuges y a hijos, aunque ellos no tengan la ciudadanía.
Derechos de voto y de participación política:
Como ciudadanos italianos, tienen derecho a votar en las elecciones y a participar en la vida política del país, incluso la posibilidad de presentarse como candidatos a cargos públicos.
Ingreso sin necesidad de visa en 189 países:
con la ciudadanía italiana, se puede ingresar a varios países sin tener que tramitar una visa. Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Hong Kong, Singapur e Israel, entre otros, están incluidos en la nómina.
La adquisición de la nacionalidad italiana no conlleva ninguna obligación fiscal:
Solo deben pagar impuesto a la renta aquellas personas que residen en Italia más de la mitad del año, están inscritas en el Registro Nacional de la Población Residente en Italia o tienen su fuente principal de ingresos allí.
Por descendencia
La Ley 91, sancionada el 5 de diciembre de 1992, establece que la ciudadanía italiana se fundamenta en el principio ius sanguinis (derecho de sangre), esto es, que los hijos nacidos de padre o de madre italianos son italianos.
En otras palabras, el requisito esencial para tramitar la nacionalidad es demostrar ser descendiente de un italiano que nunca haya perdido o haya renunciado a la ciudadanía.
Esta reglamentación reconoce el derecho a la titularidad contemporánea de varias ciudadanías, sin perjuicio de lo dispuesto por los acuerdos internacionales.
¿Cómo demuestro mi ascendencia italiana?
Para aplicar a esta ciudadanía, se debe presentar el registro de nacimiento original (estratto dell’atto di nascita) del ancestro italiano. Además, es necesario entregar un certificado en el que conste que no se naturalizó ni renunció a su nacionalidad luego de emigrar. Por último, es menester contar con los papeles que acrediten la vinculación genealógica de los interesados. Si bien los documentos pueden ser solicitados directamente por los familiares, también puede gestionarlos un apoderado. En Legado estamos a tu disposición para ayudarte con estos trámites.
¿Cuánto tiempo demora el proceso de obtención de la nacionalidad italiana?
La duración depende de varias cuestiones, como la complejidad del árbol genealógico, la disponibilidad de la documentación requerida y otros factores externos, por lo que es muy difícil establecer un tiempo exacto.
Sin embargo, nuestra experiencia nos permite estimar que, en general, demora entre 6 meses y 2 años.
Cónyuge
La nacionalidad italiana puede ser tramitada por cualquier persona que esté legalmente casada con un ciudadano italiano, a través de la declaración de voluntad del cónyuge. El único requisito que se exige es un conocimiento básico de la lengua.